Estamos en momentos muy convulsos, impulsivos, con ansiedad, incertidumbre y problemas que nos afectan cotidianamente. Poder trabajar o no, estar totalmente desbordado , sentirse aislado, con miedo o falta de libertad, sentirse infantilizado, desorientado. Más miedo y más incertidumbre. A veces nos paralizamos evitando el problema en sí. A veces nos lanzamos hacia el problema para resolverlo ¡ya! y “coger el toro por los cuernos”, como nos han enseñado.
Pero también existe un espacio para la reflexión y la conciencia, desde el punto de vista de la meditación mindfulness y la atención plena.
¿Cómo pasar del modo “resolver el problema directamente” a “sentir y vivir la experiencia del problema e investigar las causas para responder conscientemente”?
Tenemos que darnos cuenta de que lo primero, “resolver el problema directamente” implica muy a menudo estrategias de rechazo o/y evitación lo que no nos va a ayudar, o va a hacer que el problema siga estando ahí, dando a nuestra puerta con los nudillos, sutilmente, o quizás no tan sutilmente sino dando puñetazos.
“Sentir y vivir la experiencia del problema” es un “ir hacia”, acercarse a la cuestión, a esa lucha de una manera íntima, atenta, curiosa y consciente, desde una actitud de apertura y aceptación del problema en sí, simplemente porque “está ahí” ahora. Puede resultar un trabajo duro y arduo, contra nuestra intuición, pero tampoco hay que ponerse una meta para finalizarlo y aceptarlo todo. Tampoco pienso es eso. Es más bien un camino, una forma de mirar. Una forma de estar con nuestra propia vulnerabilidad.
Para dar este giro a “ir hacia el problema” y volver al equilibrio, he estado investigando y practicando durante el último mes tres pasos que podemos realizar.
- El primer paso es prestar atención y sostenerte con el problema, encontrar lo que te equilibra y calma – Anclándote
- El segundo paso es abrirte con confianza hacia esa lucha y lo que cambia en ella – Abriéndote
- El tercer paso es dar y recibir, como darte y cómo dar de una forma positiva en todo el proceso – Dar y Recibir
Anclándote
“Prestar atención y sostenerte con el problema para encontrar lo que te sostiene, equilibra y calma”
Nuestra mente está constantemente rumiando, pensando o preocupándose, buscando nuestra propia comodidad y seguridad. Cuando la mente percibe una situación de amenaza, empieza a encontrar maneras de ayudarnos a volver a nuestra zona de seguridad.
Cuando las personas sienten ansiedad, su mente, como si fuese un programa informático, encontrará maneras para ayudar a eliminar los momentos desagradables. Normalmente nosotros escuchamos y seguimos la dirección a la que nos lleva nuestra mente, y podemos fácilmente identificarnos, fusionarnos y enmarañarnos en nuestros pensamientos y emociones. Incluso en ese deseo de evitarlos, los reforzamos y entramos en un círculo vicioso.
Practicando la atención plena, podemos aprender a darnos cuenta de estos fenómenos mentales sin intentar cambiar nada. Puedes llevar tu atención con intención hacia el ahora, hacia cualquiera de estos fenómenos que ocurren en el momento y aceptarlos, sin juicios, simplemente porque ya están aquí, ahora. Esto es bastante contra-intuitivo, y no es fácil de hacer, ya que lo que deseamos realmente es eliminarlos.
El primer paso, para aprender a enfocarse en el proceso y no en el resultado, es llevar el foco al proceso de anclarse al momento presente. Algunas maneras de practicar este anclaje son:
- practicando la respiración consciente (mindfulness).
- enraizarse en el cuerpo a través de movimiento consciente (mindfulness).
- conectarse con nuestros propios recursos internos con prácticas de auto-aprecio (compasión)
Citando a Thich Nhat Hanh, “La respiración es como un ancla en el medio de una tormenta emocional: el ancla no hará desaparecer a la tormenta, pero te sujetará firmemente hasta que pase”
Abriéndote
“Cómo abrirte con confianza a lo que cambia, al conflicto y a los demás”
Practicando la atención plena podemos experimentar un efecto transformador de ‘repercepción’, de cambio de perspectiva. (De Shauna L. Shapiro et al)
Como cita este estudio, a través del mindfulness y de sus mecanismos de la atención prestada intencionalmente, con apertura y sin juzgar uno es capaz de desindentificarse de los contenidos de los propios pensamientos, emociones, ansias e impulsos y verlos como lo que son, pensamientos, emociones, ansias y impulsos. De esta manera, uno puede observar su propia experiencia con mayor objetividad y claridad en todas sus facetas. Este proceso se llama ‘repercepción’ y entraña un cambio de perspectiva fundamental. En lugar de estar inmersos en el drama de nuestra propia historia de vida, somos capaces de alejarnos un poco.
Como sugiere Goleman, “los fenómenos contemplados son distintos de la mente que los contempla”
Algunas maneras de practicar esta apertura es:
- Conciencia a las transiciones y diferentes estados corporales (de dificultad o no) a través de movimiento consciente (mindfulness)
- Apertura a todos los sentidos y percepciones mentales cuando nos encontramos atascados en un conflicto (mindfulness)
- Practicar la humanidad común y conectar con nuestras necesidades universales (compasión)
Dar y Recibir
“Como darte y cómo dar de una forma positiva en todo el proceso”
Este tercer paso, también lo podíamos tomar como una actitud transversal al acercamiento a los problemas y estados de conflicto y sufrimiento, también cuando involucran también a otras personas, que suele ser a menudo. De hecho, mindfulness y compasión no se entienden sin la inter-relación y el inter-ser entre unos y otros, incluyendo la relación con nosotros mismos. En cada parte del proceso de acercarnos a la aflicción exploramos cómo damos y cómo recibimos.
Algunas maneras de practicar dar y recibir en diferentes planos:
- Conciencia a los límites corporales, a cómo damos y recibimos hacia y desde el cuerpo a través de movimiento consciente y meditaciones mindfulness
- Practicando la escucha atenta y sin juicio con intención de estar presentes con el otro y con uno mismo
- Practicar compasión hacia los demás y hacia uno mismo
“Experimentar lo Bueno, Absorber lo Bueno y Replicar lo Bueno”, Rick Hanson
Bien es cierto que hoy en día cuando escribo este artículo no podemos practicar en grupo mindfulness, atención plena, movimiento consciente tal como lo hacíamos hace un año, tal y como vemos en casi todas las fotos de este artículo de muchos momentos pre-Covid. Pero sí podemos estar juntos, sentirnos conectados de la misma manera, compartir vía on-line en directo, presencial con medidas Covid cuando se nos permite, y ponerle el coraje y el corazón para hacerlo posible.
Si tienes curiosidad sobre cómo aplicar y practicar esta aproximación (Anclándote-Abriéndote-Dar y Recibir) a un problema que te afecta, desde la perspectiva de mindfulness, puedes contactar conmigo y lo comparto contigo tal como lo hemos hecho en los talleres de octubre 2020.
Puedes llevarlo a cabo comenzando por 3 semanas, 1 hora y media semanal de tiempo para cada tema (lectura, vídeos y audios) y un pequeño compromiso de práctica diaria eligiendo una de las opciones de práctica que se proponen cada semana (te daré infografía de resumen).
Más información aquí. Puedes reservar un tiempo para una conversación juntos y comenzar cuando quieras.
Muy buen resumen Olga que te agradezco.